Fue el empresario Catalino Rolón, el responsable de denominar artísticamente a Johnny como El Bravo.

Así, en 1964 la agrupación graba para el prestigioso sello Seeco, su primera producción discográfica. Pero fue solo hasta la publicación del LP Johnny El Bravo López and This Súper Combo at the Bronx Casino en 1967, para el sello Maseda, que obtuvo fama mundial con el tema La Barola escrito por su hermano Toñito López, quien también era el cantante de la banda.

Para finales de la década de los 60′ y principio de los 70′, su música y su particular estilo, estaba calando en el gusto popular. Viaja a la ciudad de Nueva York en 1966, para trabajar un segundo álbum con la firma Seeco, bajo la producción del popular vocalista Vicentico Valdés.

En los años ochenta, ya en calidad de empresario, Johnny El Bravo decidió darle vitrina al merengue, hecho que le significó múltiples críticas de sus propios colegas. Años después regresó a la escena artística con proyectos como Los Hijos de la Salsa, en el que brillaron los herederos de Rafael Cortijo, Andy Montañez, Pete El Conde» Rodríguez, por solo nombrarle algunos, y también es bueno acotar, que también estuvo al frente de Los Pleneros de la Fe, con los que aún difunde la música tradicional puertorriqueña, pero con un mensaje cristiano.

Tras una larga y extensa trayectoria, El Bravo sigue repartiendo su sabor y su tumbao por donde quiera, pero con otro estilo. Una carrera de más de 50 años, sustentada en temas como La Barola, Cuca Puruca, Este es El melón, Celeste y Ee A, y paremos de contar; hacen de Johnny El Bravo, una figura estelar en los terrenos de la salsa. Actualmente radica en San Juan (Puerto Rico) desde donde proyecta todo su trabajo.