Peñalver le pide a Walfredo De Los Reyes, integrante de su formación, destacado en Canal 4 de televisión, que le dé clases de batería porque las escuelas de música en ese momento no brindaban esta enseñanza. De vez en cuando, en las mismas instalaciones de la televisión, Walfredo obliga al joven Emilio a hacer algunos ejercicios pero las ocupaciones de De Los Reyes, que tocaba y grababa mucho, no le permitían estar lo suficientemente disponible y es hacia Guillermo Barreto quien convierte a Emilio Del Monte en un buen percusionista, pero debido a que también Guillermo no tiene más disponibilidad, Don Emilio sigue practicando por su cuenta y en un última instancia, fue como autodidacta que adquirió la mayor parte de su conocimiento.

En 1957 Peñalver propone a Neno Valladares contratar a Emilio. Toca con él unos meses y luego le presentan a Bebo» Valdés quien lo involucra en su orquesta Sabor De Cuba. Con frecuencia Emilio asiste a menudo a los conciertos organizados por el Club Cubano de Jazz, codeándose con los mejores jazzistas cubanos. En la orquesta está a cargo del güiro pero en contacto con Oscar Valdés Sr. y Roberto García, percusionistas de la formación, sigue progresando y en 1958 comienza a tocar la batería y timbales reemplazando a Blas Egües, dejado en la orquesta de la Hotel Habana Libre.

De la orquesta de Bebo, a finales de 1960, la formación pasa bajo la dirección de Emilio Peñalver y pasa a ser la orquesta del Teatro Martí y Emilio sigue en esta agrupación que ya no toca la misma música que bajo la dirección de Bebo sino la música de acompañamiento de las obras del programa teatral. La música es más complicada, aparece una sección de cuerdas; Emilio amplía así sus conocimientos. A su vez Del Monte trabaja con otros conjuntos y así responde a Niño Rivera quien lo invita a fundar y tocar durante casi dos años en su Conjunto Niño Rivera con el que graba. También ingresa a la orquesta Saratoga cuando Lino Borges es el cantor y las de Julio Cueva, en la que lo forma Oscar Valdés Sr. y con quien participa en numerosos bailables en el Club Náutico, en el Casino Español.

Emilio también toca en un trío integrado por Armando Zequeira, contrabajo y Chucho Valdés. También toca con el cuarteto de jazz de este último, grabando un disco con la cantante Guapacha en 1964. El cuarteto tocó así en el Auditorio del Museo de Bellas Artes, en la Gruta, en Pigalle, basado esencialmente en el jazz americano (a lo cubano) y composiciones de Chucho. Emilio, antes de la invención del sistema de doble pedal, juega con dos bombas. Sus cualidades le permiten ser invitado también por los grandes directores de orquesta, Somavilla, Taño, Guzmán, Mario Romeu, Prats, entre otros, para multitud de grabaciones.

En el Teatro Roldán en 1966 participa en un triple concierto de vanguardia para Contrapunto Espacial de Juan Blanco. En las partituras no aparecen notas, solo los signos propuestos por Blanco. Suben al escenario dos bateristas, Emilio Del Monte y Guillermo Barreto para los dos primeros conciertos, y Enrique Plá para el último. También se convirtió en baterista de la Orquesta Cubana De Música Moderna cuando se fundó en 1967, orquesta que tuvo que abandonar rápidamente por una incompatibilidad de pertenencia a ella y la del Teatro Martí. Le sustituye Enrique Plá.

En 1969 se incorpora a una de las agrupaciones del cantor Pacho Alonso, Los Pachucos. Con Pacho comenzó a viajar por el mundo en 1970 y continuó su colaboración con él hasta 1978 cuando se unió al pianista Lázaro Valdés y su T con É. Con Lázaro trabaja mucho para bailables pero también en cabarets para el espectáculo que presenta Don Lázaro.

Don Emilio siguió desarrollándose y participando con orquestas de la talla de Irakere, Paquito D’ Rivera, Omara Portuondo, Jorge Reyes, y muchos otros.

Sin duda, un gran músico, digno de todo reconocimiento.